Éste sobre el momento en que llegué al campamento después de una caminata de 10 km. Tranqui, porque me como una manzana y una naranja por día. Igual los pies sangraron, mi calzado es para caminar entre cemento, basura y colectivos.
Acá ya instalado, cuando me sentí un rey porque no había cemento y me acordaba cómo hacer un fuego y tenía frío y una cerveza en la mano. Me cambié la camisa porque la otra era una asco, pero la lavé en el lago y quedó bárbara. Y cómo me gusta Sempé.A la gente amable de proveeduría que me proveía cerveza y queso rayado les dejé un dibujo de un árbol y me regalaron un pan casero y mermelada.
4 comentarios:
Que lindos... y que bueno que estén llenos de recuerdos.
Te puedo imaginar.
Tengo el libro, qué bien quedó.
abrazo!
Muy buenas Fede!!!
Che, las gotitas de sudor son en acrilico??? o enmascaras para ver el fondo???
Abrazo
Al parecer hay cabañas en el Lolog... Yo solía ir en los setentas y no había nada de nada, rara vez acampaba alguién. Una vez acampamos con mi primo Jorge y al rato se instaló un turista (nosotros nos categorizabamos como turistas, arbitrariamente o no,re por que eramos de Río Negro e ibamos seguido). A la noche salimos a aullar y hacer ruidos raros y al otro día los turistas se habían ido.
Ese viaje nos pasamos dos días filosofando mientras desde dentro de la carpa veíamos como llovía sobre el Lolog.
Robertovs
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