Éste sobre el momento en que llegué al campamento después de una caminata de 10 km. Tranqui, porque me como una manzana y una naranja por día. Igual los pies sangraron, mi calzado es para caminar entre cemento, basura y colectivos.
Acá ya instalado, cuando me sentí un rey porque no había cemento y me acordaba cómo hacer un fuego y tenía frío y una cerveza en la mano. Me cambié la camisa porque la otra era una asco, pero la lavé en el lago y quedó bárbara. Y cómo me gusta Sempé.A la gente amable de proveeduría que me proveía cerveza y queso rayado les dejé un dibujo de un árbol y me regalaron un pan casero y mermelada.





